martes, 15 de enero de 2013

CAPITULO DOS.

Días de angustia.


 NARRA MARLUA

Cuando me acercaba a la puerta de la habitación todo mi cuerpo temblaba, aun no sabía cómo estaba Lyss, "¿y si estaba aún peor de lo que pensaba?". Respire hondo y entre, allí estaba completamente inerte en la cama rodeado de máquinas, que le ayudaban a seguir vivo, su piel estaba completamente pálida y esos preciosos ojos bicolor permanecían ocultos bajo las vendas que los cubrían, creí morir al verle así tan débil, tan frágil, la vida se le escapaba por segundos, mi pecho oprimido por la angustia apenas me dejaba respirar.
Aproxime una silla a su cama y me senté, le cogí la mano acercándola a mi cara, al sentir otra vez el calor de su piel rompí a llorar. Solo lograba pensar que si hubiera llegado un día antes podía haber hablado con él, apoye mi cabeza en su cama y seguí llorando. No se por cuánto tiempo permanecí así pues perdí la noción del tiempo, solo cuando una mano toco mi hombro levante la cabeza y con los ojos aun empapados por las lágrimas le vi allí delante de mí.
Era Leigh su rostro mostraba todo lo que sufría por Lyss, me levante y le abrace sin dejar de llorar.
- Gracias por llamarme - le susurre entre sollozos.
- Ojala lo hubiera hecho hace dos meses, contigo a su lado esto no hubiera pasado - me apretaba sobre su pecho - tu eres la única que puedes ayudarlo. Soy yo quien te agradece que lo dejaras todo por estar aquí y ahora ya deja de llorar. Me aparto de él y me ofreció su pañuelo, me seque las lágrimas y le pregunte.
- ¿Crees que podría hablar con su médico? necesito saber cuál es realmente su estado.
- Yo puedo contestarte lo que quieras saber, no me he separado del desde el accidente - me dijo - pero será mejor hablar en otro lado, acompáñame aquí al lado hay una sala para familiares. Al llegar a la sala nos sentamos el uno frente al otro, me cogió de las manos y comenzó hablar.
Me contó que Lyss tenía algunas contusiones en diferentes partes de cuerpo, tres costillas y un tobillo rotos este último tuvieron que operarse lo, pero lo peor era que había sufrido una crisis cardiorrespiratoria y sufría una fuerte conmoción cerebral la cual le había provocado un coma leve. Nunca antes había visto a Leigh con lágrimas en los ojos y con el rostro tan desencajado por la angustia que estaba sintiendo, pero a pesar de todo continuo hablándome del estado de Lyss.
- Pero sabes lo peor de todo - me manifestó - que aunque despertara rápido, los médicos dicen que podían quedarle secuelas, pero hasta que no despierte nada se puede hacer - Leigh estaba abatido por la angustia de ver a su hermano en ese estado, no le pude decir nada pues al pensar en Lyss las lágrimas volvieron a brotar, intentaba asimilar lo que Leigh acababa de decirme pero todo aquello me sobrepasaba, nada se podía hacer solo esperar.
Yo nunca he sido de las que se quedan esperando, necesitaba hacer algo para que el despertara cuanto antes, entonces recordé que en alguna parte había leído que los pacientes en coma a veces reaccionas a estímulos como la música o la voz de la persona amada y decidí que hasta que el despertara yo estaría allí hablándole, poniéndole sus canciones preferidas y leyéndole sus libros preferidos y recordando le cada instante que vivimos juntos, no descansaría hasta el día que volviera a abrir los ojos.
- Deberías ir a descansar - me dijo Leigh - Te llevare hasta el apartamento de Lysandro puedes quedarte allí, Rosa ya lo está preparando todo.
- No me moveré de su lado - le conteste con determinación -ahora que estoy a su lado otra vez no me separare de él.
- ¿Cuánto hace que no duermes? y ¿cuándo fue la última vez que comiste?, vamos por favor ahora mismo no puedes hacer nada, tienes que estar fuerte para poder ayudarle - me insistió - podrás volver en unas horas a estar a su lado.
- Tienes razón, vayámonos así podre regresar cuanto antes.
Durante el trayecto Leigh me contó que él y Rosa ahora vivían juntos y Lyss había alquilado un pequeño apartamento, pues quería estar solo. También me comento todo lo sucedido en los cinco años que estuve lejos. Me contó que Castiel, Lyss, Armin, Myca y posteriormente Rayner (hermano de Rosa) formaron un grupo los Black Demons, habían tenido éxito incluso habían grabado un disco, pero Lyss dejo de cantar cuando su madre enfermo, pues se dedicó a cuidarla hasta el último minuto, cuando me hablo sobre esto derramo alguna lágrima, poco más me contó pues el trayecto hasta el apartamento fue corto. Cuando llegamos al apartamento el corazón se me acelero, iba a ver como vivía la de veces que había pensado como seria llegar a casa de Lyss pero mis pensamientos no se parecían a esto pues ahora solo sentía tristeza porque él no estaba aquí. Rosa había preparado algo de comer, apenas hablamos durante la comida, después me duche, me acosté en la cama de Lyss y me quede dormida abrazada a su almohada pensando en él.
No sé cuánto dormí pero al despertar estaba solo en la casa solo había un nota que decía " Estamos en el hospital esta es la llave del apartamento por favor descansa, Rosa". Me vestí y salí para el hospital, al llegar Rosa y Leigh hablaban con un médico me acerque para poder escucharles, cuando Leigh dijo.
- Doctor Masen esta es Marlua la prometida de Lyss, "¿su prometida?, como que soy su prometida" - dijo.
- Encantado Marlua - me saludo mientras me extendía su mano - disculpen me pero tengo que irme, les veré mañana. Mire a Leigh esperando una respuesta que aclarara mis dudas.
- No te preocupes no ha sucedido nada solo quería que supiera que ahora tu estarás con Lyss y es a ti a quien tiene que informar, ¿acaso no era eso lo que querías?
- Muchas gracias Leigh - me sentí alagada porque después de tantos años, aun confiaban en mí.
- Puedes quedarte con el toda la noche si lo deseas - me respondió- pero mañana vendremos para que tú puedas descansar.
- Buenas noches, gracias por todo - realmente me angustie al quedarme en allí sola. Ahora entendía porque le había dicho al médico que yo era la prometida de Lyss, ahora me dejarían estar a su lado sin problemas, aunque me hubiera gustado que las palabras de Leigh fueran verdad, pero ahora lo importante es que Lyss se recupere y lo demás ya llegara con el tiempo.
Los días pasaban lentos, me daba la sensación de llevar meses y meses en el hospital, pero solo habían pasado diez días desde mi llegada. Lyss permanecía igual, yo le hablaba durante horas, le leía y le ponía sus canciones preferidas pero nada sucedía y mi angustia crecía cada día que pasaba. (CONTINUARA)

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